El 5 de julio de 1853, en Kisszeben, en el Reino de Hungría, un joven llamado Mihály Tivadar Kosztka abrió los ojos por primera vez. Pasaría a ser conocido por el nombre de artista Tivadar Kosztka Csontváry y emprendería un notable viaje como pintor. Csontváry, farmacéutico de profesión, descubrió su vocación artística a los 41 años, movido por una inspiración interior. Sus expresivas pinturas figurativas son únicas por su intensidad cromática y también se pueden encontrar en numerosos grabados artísticos actuales.
La pasión de Csontváry le llevó a tierras lejanas como Palestina, Líbano, Sicilia, Grecia, Bosnia y Egipto. La variedad de paisajes que experimentó en estos viajes quedó plasmada en sus obras. Su capacidad para procesar artísticamente estas impresiones le diferenció de la mayoría de los pintores ingenuos. Desarrolló un gran dominio de la expresión y la composición, que plasmó en formatos monumentales de hasta 4 por 7 metros. Sus obras, mezcla de expresionismo y elementos del postimpresionismo, son un impresionante testimonio de su visión artística.
Aunque su periodo creativo estuvo limitado por una esquizofrenia latente y terminó tras sólo 16 años, Csontváry dejó una profunda huella en el mundo del arte. Sus primeros óleos, realizados en 1894, atrajeron la atención de artistas como Pablo Picasso, que le rindieron un gran homenaje. A pesar de este éxito, Csontváry murió empobrecido y solitario.
Las obras de Csontváry adquirieron cada vez más valor en las décadas posteriores a su muerte. Su cuadro "El encuentro de los amantes" (en húngaro: "Randevú"), de 1902, se subastó en 2006 por más de un millón de euros. Hoy, muchas de sus obras pueden admirarse en el Museo Csontváry de Pécs. Para los amantes de su arte, sus grabados son una forma de disfrutar en casa de la pasión y el talento de este notable artista.
El 5 de julio de 1853, en Kisszeben, en el Reino de Hungría, un joven llamado Mihály Tivadar Kosztka abrió los ojos por primera vez. Pasaría a ser conocido por el nombre de artista Tivadar Kosztka Csontváry y emprendería un notable viaje como pintor. Csontváry, farmacéutico de profesión, descubrió su vocación artística a los 41 años, movido por una inspiración interior. Sus expresivas pinturas figurativas son únicas por su intensidad cromática y también se pueden encontrar en numerosos grabados artísticos actuales.
La pasión de Csontváry le llevó a tierras lejanas como Palestina, Líbano, Sicilia, Grecia, Bosnia y Egipto. La variedad de paisajes que experimentó en estos viajes quedó plasmada en sus obras. Su capacidad para procesar artísticamente estas impresiones le diferenció de la mayoría de los pintores ingenuos. Desarrolló un gran dominio de la expresión y la composición, que plasmó en formatos monumentales de hasta 4 por 7 metros. Sus obras, mezcla de expresionismo y elementos del postimpresionismo, son un impresionante testimonio de su visión artística.
Aunque su periodo creativo estuvo limitado por una esquizofrenia latente y terminó tras sólo 16 años, Csontváry dejó una profunda huella en el mundo del arte. Sus primeros óleos, realizados en 1894, atrajeron la atención de artistas como Pablo Picasso, que le rindieron un gran homenaje. A pesar de este éxito, Csontváry murió empobrecido y solitario.
Las obras de Csontváry adquirieron cada vez más valor en las décadas posteriores a su muerte. Su cuadro "El encuentro de los amantes" (en húngaro: "Randevú"), de 1902, se subastó en 2006 por más de un millón de euros. Hoy, muchas de sus obras pueden admirarse en el Museo Csontváry de Pécs. Para los amantes de su arte, sus grabados son una forma de disfrutar en casa de la pasión y el talento de este notable artista.
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