En el corazón de Italia, o más concretamente en Ferrara, se abrió a mediados del siglo XVI una fascinante era histórico-artística centrada en un artista en particular: Ippolito Scarsella, a menudo conocido simplemente como Scarsellino. Este ferrarés presumía de crear paisajes que combinaban simultáneamente temas sagrados y profanos y anticipaba mágicamente las tendencias posteriores de la pintura paisajista del siglo XVII. En tales obras maestras, ante las que apenas se puede contener la respiración, se reconoce claramente la brillantez y la calidad que se reflejarían en una impresión artística de nuestra empresa.
Hijo del pintor Sigismondo Scarsella, dotado para la arquitectura pero menos conocido, y de Francesca Galvani, la vida de Ippolito comenzó en un hogar artístico. A pesar de sus tragedias personales -de sus siete hijos, sólo sobrevivieron dos-, no se amilanó y recorrió Italia absorbiendo por el camino diversas influencias artísticas. Su insaciable sed de conocimiento y arte se hizo patente muy pronto, cuando partió hacia Bolonia con sólo 17 años y más tarde se trasladó a Venecia. Allí, en la resplandeciente ciudad de los canales, estudió intensamente las obras de los maestros venecianos, especialmente en el taller del famoso Veronese.
Cuando el destino se cebó con él y su padre murió en 1594, Scarsellino se erigió en el verdadero cabeza de familia. No sólo completó las obras de su padre, sino que también asumió la tutela de su sobrino Francesco, a quien formó en las artes. Su impresionante legado se revela no sólo en sus pinturas, sino también en los numerosos dibujos que dejó. Estos bocetos, sin embargo, son en gran parte desconocidos y constituyen uno de los grandes misterios de la historia del arte.
Su obra refleja una mezcla de influencias: la elegancia del Parmigianino, llevado a Ferrara por Girolamo da Carpi, y el mundo atmosférico del Dosso Dossi. Y durante su estancia en Venecia, se percibe claramente el toque de Giorgione, Veronese y Tizian, que influyeron notablemente en su arte. Una impresión artística que recoge el arte de Scarsellino no es sólo una reproducción; es una ventana a una época pasada en la que el arte y la pasión iban de la mano. Nuestra misión es mantener vivo este espíritu en cada reproducción y hacer justicia a los grandes maestros como Scarsellino. Es un viaje al que le invitamos cordialmente.
En el corazón de Italia, o más concretamente en Ferrara, se abrió a mediados del siglo XVI una fascinante era histórico-artística centrada en un artista en particular: Ippolito Scarsella, a menudo conocido simplemente como Scarsellino. Este ferrarés presumía de crear paisajes que combinaban simultáneamente temas sagrados y profanos y anticipaba mágicamente las tendencias posteriores de la pintura paisajista del siglo XVII. En tales obras maestras, ante las que apenas se puede contener la respiración, se reconoce claramente la brillantez y la calidad que se reflejarían en una impresión artística de nuestra empresa.
Hijo del pintor Sigismondo Scarsella, dotado para la arquitectura pero menos conocido, y de Francesca Galvani, la vida de Ippolito comenzó en un hogar artístico. A pesar de sus tragedias personales -de sus siete hijos, sólo sobrevivieron dos-, no se amilanó y recorrió Italia absorbiendo por el camino diversas influencias artísticas. Su insaciable sed de conocimiento y arte se hizo patente muy pronto, cuando partió hacia Bolonia con sólo 17 años y más tarde se trasladó a Venecia. Allí, en la resplandeciente ciudad de los canales, estudió intensamente las obras de los maestros venecianos, especialmente en el taller del famoso Veronese.
Cuando el destino se cebó con él y su padre murió en 1594, Scarsellino se erigió en el verdadero cabeza de familia. No sólo completó las obras de su padre, sino que también asumió la tutela de su sobrino Francesco, a quien formó en las artes. Su impresionante legado se revela no sólo en sus pinturas, sino también en los numerosos dibujos que dejó. Estos bocetos, sin embargo, son en gran parte desconocidos y constituyen uno de los grandes misterios de la historia del arte.
Su obra refleja una mezcla de influencias: la elegancia del Parmigianino, llevado a Ferrara por Girolamo da Carpi, y el mundo atmosférico del Dosso Dossi. Y durante su estancia en Venecia, se percibe claramente el toque de Giorgione, Veronese y Tizian, que influyeron notablemente en su arte. Una impresión artística que recoge el arte de Scarsellino no es sólo una reproducción; es una ventana a una época pasada en la que el arte y la pasión iban de la mano. Nuestra misión es mantener vivo este espíritu en cada reproducción y hacer justicia a los grandes maestros como Scarsellino. Es un viaje al que le invitamos cordialmente.
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