Los rayos de luz son el punto culminante de la composición, cuando salen de detrás de las nubes de colores como rayos de sol e iluminan la escena en varias direcciones. La banda iridiscente de nubes en tonos rojizos parece proteger al espectador de una luz demasiado brillante y adopta la función de gafas de sol. Por un lado, los rayos de luz se presentan en un cálido color amarillo que procede directamente del sol y puede verse por encima de las nubes mientras irradian hacia el cielo más alto. Por otro lado, adquieren un color azul más frío al salir por debajo de las nubes y atraviesan primero el rojo de éstas para ser atenuados por ellas antes de precipitarse al mar. En el óleo, el mar está surcado por numerosas islas alargadas que serpentean hacia el lejano horizonte. Parecen brazos extendidos que capturan la luz del día para brillar con más intensidad. Las islas alargadas, que se mueven a una distancia adecuada unas de otras, están pintadas en fuertes colores oscuros, principalmente tonos marrones. En el cuadro predominan los colores naranja, marrón, rojo y amarillo, contrastados por el azul lejano. La composición del cuadro fue inventada y creada libremente en el estudio de Berlín Mitte, siguiendo las leyes de la forma armoniosa. La combinación de colores, en cambio, es provocadora y audaz, no irradia una calma absoluta, sino que muestra deliberadamente una enérgica inquietud controlada.

---

Mundos solares · Silvian Sternhagel