Como en muchos cuadros de Caspar David Friedrich, las figuras del cuadro, sentadas o de pie, dan la espalda al espectador, atrayéndolo misteriosamente hacia la línea de visión, aquí hacia la luna creciente. La naturaleza se convierte en objeto de contemplación, incluso de culto. br/br/ Dos hombres han caminado sobre las rocas y piedras de la orilla adentrándose en el mar. Su postura delata una tensa expectación más que contemplación. Dan la impresión de esperar a uno de los barcos que surcan el mar en el crepúsculo del atardecer. Más adelante, dos mujeres con vestidos de colores se sientan graciosamente en una roca de la orilla, mirando hacia los hombres y la luna creciente, que ilumina misteriosamente la escena, aún medio oculta por las nubes. br/br/ Dos triángulos ligeramente desplazados determinan la composición geométrica del cuadro. El triángulo inferior, terrestre, va desde las anclas a la izquierda en primer plano y desde las mujeres a la derecha hacia los hombres de pie. Por encima, las nubes forman un triángulo suavemente curvado con la luna en su vértice. br/br/ En lugar de vegetación, hay dos anclas en primer plano. Simbolizan la conexión con la tierra y la orilla, que proporciona seguridad y estabilidad. El equipo inclinado señala el ajetreo de los hombres. En el fondo, casi fantasmales, los veleros blanquecinos forman el centro entre la tierra y el cielo y guían los pensamientos, que se deslizan desde la sólida orilla hasta la inestable pero prometedora luz de la luna como en un mundo de ensueño. br/br/ Este impresionante cuadro se encuentra actualmente en el Museo del Hermitage de San Petersburgo. Caspar David Friedrich, que retrató el estado de ánimo del mar Báltico de un modo singularmente melancólico, sensual y apasionado, ya era solicitado y reconocido en Rusia durante su vida.

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La Luna saliendo sobre el Mar · Caspar David Friedrich
State Hermitage Museum, St. Petersburg, Russia / Bridgeman Images