Siempre que el arte contemporáneo representa a personas, seres vivos o incluso objetos, se habla de arte figurativo. A lo largo del siglo XX, el arte figurativo pareció batirse en duelo con el arte abstracto y fue declarado muerto en más de una ocasión.

Mientras que a principios de siglo se seguía apostando por figuras que no pretendían reflejar la realidad -como era el caso, por ejemplo, de Pablo Picasso-, con la Primera Guerra Mundial se produjo una ruptura. El sufrimiento, la muerte y la fealdad entraron en la pintura figurativa. Incluso entonces, existían diferentes direcciones en paralelo. Sin embargo, lo que tenían en común era que lo representado se refería a algo real del mundo, que el artista adaptaba a sus propios sentimientos en forma de representación.

En el transcurso de las décadas, se añadieron nuevos estilos. Una de ellas fue el arte pop. Su representante más famoso, Andy Warhol, se hizo un monumento con su retrato de Marilyn Monroe y la imagen de una lata de sopa. El hiperrealismo, surgido en torno a los años 70, es también una de las innumerables formas de expresión de la pintura figurativa con su imitación de la fotografía.

En la actualidad, también hay numerosos artistas que se han dedicado al arte figurativo. En Alemania predomina una combinación de arte pop y realismo socialista, como muestra Neo Rauch en sus cuadros.