Anclada en los anillos anuales de la historia del arte estadounidense, Sarah Goodridge, también conocida como Sarah Goodrich, esconde la fascinante historia de un talento autodidacta que resurgió de las cenizas de la pobreza y la limitación. Con fama de virtuosa del retrato en miniatura, no sólo ganó prestigio e independencia económica, sino que impresionó a toda una generación de artistas y amantes del arte. Nacida el 5 de febrero de 1788, Goodridge tejió su legado artístico en medio del pintoresco paisaje de Templeton, Massachusetts, y comenzó a inmortalizar su visión en los insólitos lienzos de corteza de abedul. Sin acceso a materiales convencionales, pero con un impulso irrefrenable de expresarse a través del arte, estos primeros bocetos constituyeron la base de su obra posterior.
Las barreras a la educación de las mujeres en aquella época y en su ciudad natal la convirtieron en una artista principalmente autodidacta. No obstante, buscó oportunidades para ampliar su formación y perfeccionar sus técnicas. Acompañó a su hermano a Boston y allí se introdujo en el mundo del arte. Gilbert Stuart, un aclamado retratista, reconoció su talento y la animó. En 1820, armada con su pasión artística y sus primeras lecciones de Boston, decidió unirse a su hermana Eliza en Boston. Aquí comenzó su andadura como pintora profesional, pintando retratos en miniatura y ganando lo suficiente con los encargos para mantenerse a sí misma y a su familia. Goodridge se especializó en miniaturas pintadas sobre marfil, una forma de arte que probablemente aprendió de Elkanah Tisdale, un miniaturista de Hartford.
Con el tiempo, Sarah Goodridge llenó los salones de Boston y Washington D.C. con sus bellas obras. Destacan sus retratos del político Daniel Webster y de su colega Gilbert Stuart. Una de sus obras más famosas es el sensual pero discreto retrato en miniatura de sus pechos desnudos, "Beauty Revealed", que regaló a su íntimo amigo y modelo ocasional Daniel Webster en 1828. A pesar de que perdió la vista en 1851, dejó tras de sí una notable colección de obras de arte, que ahora se ponen a disposición del público en forma de grabados artísticos de alta calidad. El arte único de Sarah Goodridge y su extraordinaria habilidad para inmortalizar las emociones en retratos en miniatura constituyen la base de las impresiones artísticas que reproducimos. Nos esforzamos por preservar cada detalle de sus obras originales con el máximo cuidado y dedicación para honrar y presentar el legado de esta extraordinaria artista al más alto nivel. Es un placer para nosotros poner las fascinantes obras de Sarah Goodridge en manos de amantes del arte y coleccionistas, y compartir su apasionante historia con el mundo.
Anclada en los anillos anuales de la historia del arte estadounidense, Sarah Goodridge, también conocida como Sarah Goodrich, esconde la fascinante historia de un talento autodidacta que resurgió de las cenizas de la pobreza y la limitación. Con fama de virtuosa del retrato en miniatura, no sólo ganó prestigio e independencia económica, sino que impresionó a toda una generación de artistas y amantes del arte. Nacida el 5 de febrero de 1788, Goodridge tejió su legado artístico en medio del pintoresco paisaje de Templeton, Massachusetts, y comenzó a inmortalizar su visión en los insólitos lienzos de corteza de abedul. Sin acceso a materiales convencionales, pero con un impulso irrefrenable de expresarse a través del arte, estos primeros bocetos constituyeron la base de su obra posterior.
Las barreras a la educación de las mujeres en aquella época y en su ciudad natal la convirtieron en una artista principalmente autodidacta. No obstante, buscó oportunidades para ampliar su formación y perfeccionar sus técnicas. Acompañó a su hermano a Boston y allí se introdujo en el mundo del arte. Gilbert Stuart, un aclamado retratista, reconoció su talento y la animó. En 1820, armada con su pasión artística y sus primeras lecciones de Boston, decidió unirse a su hermana Eliza en Boston. Aquí comenzó su andadura como pintora profesional, pintando retratos en miniatura y ganando lo suficiente con los encargos para mantenerse a sí misma y a su familia. Goodridge se especializó en miniaturas pintadas sobre marfil, una forma de arte que probablemente aprendió de Elkanah Tisdale, un miniaturista de Hartford.
Con el tiempo, Sarah Goodridge llenó los salones de Boston y Washington D.C. con sus bellas obras. Destacan sus retratos del político Daniel Webster y de su colega Gilbert Stuart. Una de sus obras más famosas es el sensual pero discreto retrato en miniatura de sus pechos desnudos, "Beauty Revealed", que regaló a su íntimo amigo y modelo ocasional Daniel Webster en 1828. A pesar de que perdió la vista en 1851, dejó tras de sí una notable colección de obras de arte, que ahora se ponen a disposición del público en forma de grabados artísticos de alta calidad. El arte único de Sarah Goodridge y su extraordinaria habilidad para inmortalizar las emociones en retratos en miniatura constituyen la base de las impresiones artísticas que reproducimos. Nos esforzamos por preservar cada detalle de sus obras originales con el máximo cuidado y dedicación para honrar y presentar el legado de esta extraordinaria artista al más alto nivel. Es un placer para nosotros poner las fascinantes obras de Sarah Goodridge en manos de amantes del arte y coleccionistas, y compartir su apasionante historia con el mundo.
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