Cecilia Beaux, nacida el 1 de mayo de 1855 en Filadelfia, Pensilvania, era una artista que manejaba los colores con tal maestría que sus retratos siguen siendo codiciados hoy en día como grabados de bellas artes. En el centro de la alta sociedad neoyorquina, la pintora dejó una huella indeleble en el mundo del arte estadounidense. Tras la temprana pérdida de su madre, Beaux creció con su hermana al cuidado de sus parientes maternos, ya que su padre francés pasaba poco tiempo con sus hijas. En 1871, a la tierna edad de dieciséis años, Beaux recibió sus primeras lecciones de dibujo de una tía conocida por sus pinturas históricas y religiosas. Dado el notable talento de la joven Beaux, su tía le permitió continuar su formación con un artista holandés. En 1877, Beaux fue finalmente aceptada en la renombrada Academia de Pensilvania. La obra "Los últimos días de la infancia", que expuso en Filadelfia en 1885, supuso su primer gran éxito. Este cuadro también gozó de gran popularidad dos años más tarde en una exposición en París.
En 1888 Beaux comenzó su viaje por Europa, estudiando en París en la Académie Julian y la Académie Colarossi. También visitó Inglaterra e Italia para estudiar las obras de los antiguos maestros en los museos. Entre sus maestros figuran pintores de renombre como Tony Robert Fleury y William Adolphe Bouguereau. A partir del cambio de siglo, Beaux encontró su centro de vida en Nueva York, donde trabajó como reputada retratista para las clases altas adineradas. Su casa se convirtió en un centro social al que acudían personalidades de la política, el arte y los negocios, que disfrutaban pintando sus retratos. Sus exposiciones se convirtieron en acontecimientos sociales. Entre sus numerosos retratos figuran los de Georges Clemenceau, Edith Roosevelt y su hija, y Sir David Beatty, primer conde Beatty. Un grabado de un retrato de Cecilia Beaux no es sólo un atractivo estético, sino también un pedazo de historia capturado por el ojo experto de esta extraordinaria artista.
Cecilia Beaux, nacida el 1 de mayo de 1855 en Filadelfia, Pensilvania, era una artista que manejaba los colores con tal maestría que sus retratos siguen siendo codiciados hoy en día como grabados de bellas artes. En el centro de la alta sociedad neoyorquina, la pintora dejó una huella indeleble en el mundo del arte estadounidense. Tras la temprana pérdida de su madre, Beaux creció con su hermana al cuidado de sus parientes maternos, ya que su padre francés pasaba poco tiempo con sus hijas. En 1871, a la tierna edad de dieciséis años, Beaux recibió sus primeras lecciones de dibujo de una tía conocida por sus pinturas históricas y religiosas. Dado el notable talento de la joven Beaux, su tía le permitió continuar su formación con un artista holandés. En 1877, Beaux fue finalmente aceptada en la renombrada Academia de Pensilvania. La obra "Los últimos días de la infancia", que expuso en Filadelfia en 1885, supuso su primer gran éxito. Este cuadro también gozó de gran popularidad dos años más tarde en una exposición en París.
En 1888 Beaux comenzó su viaje por Europa, estudiando en París en la Académie Julian y la Académie Colarossi. También visitó Inglaterra e Italia para estudiar las obras de los antiguos maestros en los museos. Entre sus maestros figuran pintores de renombre como Tony Robert Fleury y William Adolphe Bouguereau. A partir del cambio de siglo, Beaux encontró su centro de vida en Nueva York, donde trabajó como reputada retratista para las clases altas adineradas. Su casa se convirtió en un centro social al que acudían personalidades de la política, el arte y los negocios, que disfrutaban pintando sus retratos. Sus exposiciones se convirtieron en acontecimientos sociales. Entre sus numerosos retratos figuran los de Georges Clemenceau, Edith Roosevelt y su hija, y Sir David Beatty, primer conde Beatty. Un grabado de un retrato de Cecilia Beaux no es sólo un atractivo estético, sino también un pedazo de historia capturado por el ojo experto de esta extraordinaria artista.
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