La obra de Alexej Jawlensky (1864 a 1941) atestigua el camino hacia la abstracción como casi ninguna otra obra moderna.
El pintor ruso-alemán Jawlensky perteneció inicialmente al conocido grupo "El Jinete Azul". Esta vaga asociación de artistas vanguardistas y expresivos incluía a Franz Marc, Wassily Kandinsky, Gabriele Münter Paul Klee y August Macke. Típico de esta fase de la obra de Jawlensky es el retrato de una mujer, la princesa Turandot. Se caracteriza por una intensidad de color casi desbordante, combinada con un lenguaje formal reducido que ya insinúa el ulterior camino artístico del pintor.
En la fase en la que se creó "La princesa Turandot", Jawlensky pintaba inconfundiblemente al estilo de los expresionistas. Un ejemplo de ello es el cuadro "Paisaje de Murnau" de 1907.
Pero esto iba a cambiar. En 1917 creó el cuadro "Esfinge de cabeza mística". Los rasgos expresionistas siguen siendo claramente reconocibles, pero el lenguaje formal aparece ya reducido a lo esencial de un rostro. En 1926, Jawlensky pintó el cuadro "Cabeza abstracta sol-color-vida". El cuadro sigue mostrando una cabeza humana, y los colores intensos siguen dominando la impresión del cuadro. La obra "Abstrakter Kopf - Winterstimmung" (Cabeza abstracta - Estímulo invernal), de 1932, reduce de nuevo el colorido, y los rasgos del rostro humano también se reducen aún más a lo esencial. En las siempre nuevas y cada vez más simplificadas representaciones del rostro humano, Jawlensky desarrolló su propio y singular lenguaje formal.
La obra de Alexej Jawlensky (1864 a 1941) atestigua el camino hacia la abstracción como casi ninguna otra obra moderna.
El pintor ruso-alemán Jawlensky perteneció inicialmente al conocido grupo "El Jinete Azul". Esta vaga asociación de artistas vanguardistas y expresivos incluía a Franz Marc, Wassily Kandinsky, Gabriele Münter Paul Klee y August Macke. Típico de esta fase de la obra de Jawlensky es el retrato de una mujer, la princesa Turandot. Se caracteriza por una intensidad de color casi desbordante, combinada con un lenguaje formal reducido que ya insinúa el ulterior camino artístico del pintor.
En la fase en la que se creó "La princesa Turandot", Jawlensky pintaba inconfundiblemente al estilo de los expresionistas. Un ejemplo de ello es el cuadro "Paisaje de Murnau" de 1907.
Pero esto iba a cambiar. En 1917 creó el cuadro "Esfinge de cabeza mística". Los rasgos expresionistas siguen siendo claramente reconocibles, pero el lenguaje formal aparece ya reducido a lo esencial de un rostro. En 1926, Jawlensky pintó el cuadro "Cabeza abstracta sol-color-vida". El cuadro sigue mostrando una cabeza humana, y los colores intensos siguen dominando la impresión del cuadro. La obra "Abstrakter Kopf - Winterstimmung" (Cabeza abstracta - Estímulo invernal), de 1932, reduce de nuevo el colorido, y los rasgos del rostro humano también se reducen aún más a lo esencial. En las siempre nuevas y cada vez más simplificadas representaciones del rostro humano, Jawlensky desarrolló su propio y singular lenguaje formal.
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