Nacido en 1609 en la pintoresca localidad de Sassoferrato, Giovanni Battista Salvi, más conocido por el nombre de su lugar de nacimiento, se convertiría en un renombrado pintor del Barroco italiano. Su trayectoria vital, que comenzó el 25 de agosto de 1609 y finalizó en la vibrante ciudad de Roma el 8 de abril de 1685, estuvo marcada por el intenso estudio y la interpretación artística de la vida y la espiritualidad de su tiempo.
En sus primeros años se sintió atraído por Roma, el corazón del Renacimiento y el Barroco italianos, atraído por el encantador arte de Raphael. Sus aspiraciones artísticas no le dejaban descansar, y le siguió un viaje a Nápoles, donde estudió las importantes obras de Annibale Carracci y su círculo, especialmente Guido Reni. A pesar de su afán artístico, siempre se sentía atraído por Roma, la ciudad que acabaría convirtiéndose en su última morada.
Sassoferrato se especializó en la representación de la Virgen, un tema que exploró en toda su diversidad y al que dio vida en el lienzo. Sus representaciones muestran Madonnas rezando o con el niño durmiendo. Estas interpretaciones sensibles, aunque suaves, irradian una sensibilidad íntima y auténtica. Cada una de sus pinturas está elaborada con esmero y atención al detalle en colores vibrantes, lo que las convierte en obras maestras del arte barroco.
Hoy sus obras están presentes no sólo en las iglesias y galerías de Italia, sino también en muchas colecciones de arte internacionales. Nuestra misión como imprenta de arte es reproducir estas fascinantes obras de arte con la mayor fidelidad posible. De este modo, contribuimos a que el extraordinario arte de Sassoferrato pueda seguir siendo admirado y apreciado. Sus representaciones únicas de la Virgen, que cobran nueva vida en cada una de las impresiones artísticas que producimos, han dejado una huella indeleble en la historia del arte. La pasión, la habilidad y la visión artística de Sassoferrato permanecen intactas hasta nuestros días.
Nacido en 1609 en la pintoresca localidad de Sassoferrato, Giovanni Battista Salvi, más conocido por el nombre de su lugar de nacimiento, se convertiría en un renombrado pintor del Barroco italiano. Su trayectoria vital, que comenzó el 25 de agosto de 1609 y finalizó en la vibrante ciudad de Roma el 8 de abril de 1685, estuvo marcada por el intenso estudio y la interpretación artística de la vida y la espiritualidad de su tiempo.
En sus primeros años se sintió atraído por Roma, el corazón del Renacimiento y el Barroco italianos, atraído por el encantador arte de Raphael. Sus aspiraciones artísticas no le dejaban descansar, y le siguió un viaje a Nápoles, donde estudió las importantes obras de Annibale Carracci y su círculo, especialmente Guido Reni. A pesar de su afán artístico, siempre se sentía atraído por Roma, la ciudad que acabaría convirtiéndose en su última morada.
Sassoferrato se especializó en la representación de la Virgen, un tema que exploró en toda su diversidad y al que dio vida en el lienzo. Sus representaciones muestran Madonnas rezando o con el niño durmiendo. Estas interpretaciones sensibles, aunque suaves, irradian una sensibilidad íntima y auténtica. Cada una de sus pinturas está elaborada con esmero y atención al detalle en colores vibrantes, lo que las convierte en obras maestras del arte barroco.
Hoy sus obras están presentes no sólo en las iglesias y galerías de Italia, sino también en muchas colecciones de arte internacionales. Nuestra misión como imprenta de arte es reproducir estas fascinantes obras de arte con la mayor fidelidad posible. De este modo, contribuimos a que el extraordinario arte de Sassoferrato pueda seguir siendo admirado y apreciado. Sus representaciones únicas de la Virgen, que cobran nueva vida en cada una de las impresiones artísticas que producimos, han dejado una huella indeleble en la historia del arte. La pasión, la habilidad y la visión artística de Sassoferrato permanecen intactas hasta nuestros días.
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